BIOLOGÍA 8° - EXCRECIÓN EN ANIMALES VERTEBRADOS E INVERTEBRADOS.
La excreción en los invertebrados
Los animales invertebrados viven en una gran variedad de ecosistema, algunos terrestres y otro acuático. Los animales de este grupo presentan diferentes niveles de complejidad en su estructura: desde los que están formados por unas pocas células y que se comunican con facilidad con el medio circundante, hasta aquellos que han desarrollado órganos y sistemas complejos.
Para cada uno de ellos, el mantenimiento del equilibrio osmótico y electrolítico y la eliminación de desechos suponen diferentes retos.
Los invertebrados más sencillos, como poríferos y cnidarios viven por lo general en medios acuáticos en los que el intercambio de nutrientes y desechos con el medio circundante se realiza por mecanismos de transporte activo y pasivo.
Los organismos más complejos han desarrollado estructuras como protonefridios, nefridios y branquias, las cuales se especializan en la función excretora.
Los invertebrados producen desechos nitrogenados como productos de excreción, la mayoría de ellos en forma de amonio, aunque unos pocos excretan uretra. El amonio, diferencia de la urea, tiene un peso molecular más bajo y una alta solubilidad en lípidos, lo que favorece su difusión a través de ciertas estructuras.
Los protonefridios son las estructuras de excreción de planarias, larvas de algunos moluscos y tenias.
Están formados en una serie de túbulos excretores cerrados que transportan agua, nutrientes y desechos. Cada cierta distancia, los túbulos forman extremos ciegos en los cuales se encuentran unas estructuras denominadas células flamígeras, que mueven los fluidos hasta los poros excretores, lugar donde se filtran. Este proceso permite que algunas sustancias como los desechos y exceso de agua pasen al exterior, mientras que otras como los nutrientes se retengan.
LOS METANEFRIDIOS Y OTRAS ESTRUCTURAS DE EXCRECION
Son las estructuras de excreción de loa anélidos, moluscos y de algunos artrópodos. Están formadas por conductos ciliados llamados nefrostomos, que comunican al celoma o cavidad interna, con el exterior. Cada nefrostomo consta de una vesícula que recoge los desechos, nutrientes y agua del celoma y los conduce hacia un túnel angosto en donde se reabsorbe las sales y los nutrientes y se forma un líquido denominado orina, formado por desechos y agua. La orina puede almacenarse temporalmente en una estructura parecida a una vejiga y
posteriormente salir al exterior a través de un poro excretor, en algunas lombrices, el poro excretor vierte la orina al intestino, en cuyo caso el meta nefridio toma el nombre especifico de entero nefridio.
Los artrópodos presentan estructuras similares a los meta nefridios, las cuales toman nombres diferentes dependiendo de cada grupo. La arañas, por ejemplo, tienen glándulas coxales; los crustáceos, glándulas antenales y maxilares; y los insectos, tubos de Malpighi. La estructura general de estos órganos es básicamente la misma; su diferencia radica en sitio donde se vierten los desechos.
Las glándulas coxales, por ejemplo, desembocan en la primera porción de las patas delanteras de las arañas, mientras que los tubos de Malpighi desembocan en el intestino. Los equinodermos, como las estrellas de mar, cuentan con pápulas branquiales y pies ambulacrales que se comunican con el hemoceloma y conducen los desechos, principalmente el amoniaco, hacia el exterior.
La excreción en los vertebrados
En los vertebrados, el mantenimiento de la homeostasis se logra gracias a la acción coordinada de los sistemas circulatorio, nervioso y endocrino. También son importantes órganos como riñones, pulmones, branquias, tubo digestivo y piel. Estos favorecen el ingreso de sustancias como oxígeno, nutrientes, minerales y líquidos; se producen intercambio de agua, perdida de calor y eliminación de desechos hacia el medio externo.
Estos procesos hacen parte de los mecanismos de osmo-regulación y eliminación de desechos.
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